Una de mis perras, Mia, es una perra pastor alemán rescatada de 5 años que ha sido la única mascota durante toda su vida. Ha vivido con gatos antes, pero nunca ha tenido mucha interacción con ellos, aparte de perseguirlos y ladrarles a través de la ventana.
Últimamente, Mia se ha obsesionado con nuestro nuevo gato doméstico, queriendo jugar o dormir junto a él todas las noches. Normalmente es una perra muy obediente, pero no hay nada que haga que pueda romper su atención con los gatos. ¿Por qué crees que puede ser?
Hay muchas razones posibles por las que un perro puede estar obsesionado con tu gato, pero la mejor manera de averiguar qué motiva la obsesión de tu perro es observarlo. Los perros pueden mostrar conductas dominantes que implican un comportamiento de acoso, por lo que puede ser que quieran jugar o arrear al gato
El comportamiento de tu perro también podría deberse a los celos o a que los ve como opciones de presa (fuerte impulso de presa). Mientras no muestre agresividad, debemos suponer que se trata de una forma de juego.
Veamos cada una de estas razones por las que tu perro está obsesionado con tu gato.
1. Tu perro tiene un fuerte impulso de presa
A los perros les gusta perseguir a otros perros cuando juegan, pero ¿has visto a tu perro depredar a tu gato? Si lo has hecho, es porque tiene un fuerte impulso de presa. Esto sería más probable si tu perro procede de una raza criada originalmente para cazar, como un pit bull terrier americano o un labrador retriever.
A los gatos no les gustan instintivamente los perros, por lo que pueden moverse para evitar este comportamiento (o incluso utilizar las garras), lo que puede hacer que parezcan juguetes divertidos que tu perro quiere perseguir.
Un fuerte impulso de presa en los perros puede ser un problema si muestran agresividad hacia el gato. En este caso, lo mejor sería impedir que el perro persiga al gato y enseñarle algo de obediencia básica para que pueda vivir en armonía con su amigo felino.
2. Tu perro sólo está jugando
La verdad es que a todos los perros les gusta jugar, pero no todos juegan de la misma manera. A algunos perros les encanta jugar a buscar, mientras que a otros les encanta perseguir algo. Pero el hecho de que la obsesión de tu perro sea perseguir, no significa que tengas que soportar que el perro persiga a tu gato; al fin y al cabo, es poco probable que tu gato también sienta lo mismo.
Presta atención a la reacción tanto de tu gato como de tu perro. Si ves que tu gato está ansioso o se siente amenazado, sepáralos. Si ves que a tu gato le parece bien que tu perro se acerque a él, anímalo para que puedan establecer un vínculo
Puedes fomentar este tipo de interacción proporcionando algunos juguetes tanto al perro como al gato. Sabrás cuando un juguete es su favorito porque uno empezará a jugar con él por su cuenta mientras el otro lo observa desde lejos, esperando su turno para tomar el relevo.
Lo único que no recomiendo hacer es fomentar cualquier tipo de juego brusco entre estas dos especies, ya que los perros tienen naturalmente más fuerza que los gatos, pero si se limitan a olfatear el uno al otro o a luchar de forma desenfadada y sin mostrar los dientes, no pasa nada.
¿Cómo sé si mi perro quiere jugar con mi gato?
He aquí algunas señales de que tu perro puede querer jugar con el gato:
- Tu perro puede mostrar posturas como inclinarse o bajar la cabeza.
- Los gatos utilizan la postura del «culo de ascensor» antes de abalanzarse o dar un manotazo a la cola del perro.
- El perro o el gato pueden intentar conseguir tiempo de juego fingiendo que son sumisos.
- A veces los perros juegan con los gatos dándose la vuelta, al igual que el gato puede rodar sobre su espalda para atraer al perro.
- Cuando ambas mascotas muerden, lo hacen con la boca abierta para no herir al otro animal. Utilizan menos fuerza que si batean o dan zarpazos.
- Ambos emiten un mínimo de sonidos mientras juegan.
3. Tu perro pastorea a tu gato
Mientras que algunos perros tienen un fuerte instinto de presa, otras razas tienen un fuerte instinto de pastoreo (como el Border Collie). Para estos perros, tu gato puede parecer una oveja que hay que pastorear, ya que los perros expresan su impulso de pastoreo con cualquier cosa que esté disponible, lo que puede hacer que parezca que tu perro está obsesionado con tu gato.
Los perros pastores pueden pellizcar los talones de un rezagado, reunir a las ovejas en un apretado grupo o círculo y ladrar para mantenerlas agrupadas. Del mismo modo, tu perro puede intentar que tu gato se acerque para darle un codazo con su nariz en un intento de hacer que tu gato «se mueva»
4. Tiene que ver con los sonidos del gato
Puede que pienses que tu perro está obsesionado con tu gato por su olor o su aspecto; sin embargo, esto está más lejos de la realidad. Según este estudio de ScienceDirect, los perros, en general, prestan más atención a los sonidos del gato que a otros estímulos.
Esto se debe a que los gatos tienen una vocalización única que los perros pueden oír mejor que los humanos. El ronroneo de los gatos constituye este sonido distintivo. Este estudio también descubrió que lo que el perro oye al escuchar el ruido de los gatos es similar en frecuencia al llanto de un bebé, lo que explica por qué tu perro puede sentirse atraído por estos ruidos.
5. Tu perro está celoso
La incorporación de un nuevo gato a un hogar va a cambiar el orden social de las cosas. El perro puede estar celoso porque ya no le prestas tanta atención. Los perros pueden sentirse excluidos cuando entran nuevos animales en el hogar, y no saben cómo reaccionar de forma constructiva, por lo que muchos perros muestran un comportamiento agresivo hacia los gatos u otras mascotas.
El instinto natural de un gato es ser territorial sobre el espacio, como los muebles y las camas, aunque esto crea tensión entre los miembros de la familia de tu mascota, también permite una fácil resolución simplemente no poniéndolos en la misma habitación sino a distancia.
Esto permitirá a tu perro tener tiempo para adaptarse antes de volver a reunirse con el gato en un territorio neutral, donde la agresión no entrará en juego porque no hay nada en juego.
Cómo evitar que tu perro se obsesione con tu gato
1. Socializa a tu perro y a tu gato desde el principio
La socialización es una parte vital de la vida de un perro. En el caso de un perro y un gato, la socialización e introducción tempranas pueden ayudar a prevenir el comportamiento obsesivo.
Lo ideal es que este proceso de socialización se lleve a cabo a una edad temprana, cuando tu perro es un cachorro y tu gato un gatito, para que cuando llegue la edad adulta no haya tensión en ninguno de los dos extremos, porque para entonces ambas mascotas se reconocen sin sentirse amenazadas o territoriales.
Si tienes un nuevo gato en casa y tu perro es adulto, introduce al gato de forma gradual y cautelosa. Un truco es hacer que ambos se acostumbren a los olores del otro antes de encontrarse cara a cara.
2. Redirige la atención de tu perro
Socializar a tu mascota e integrarla en la familia es una forma estupenda de prevenir el comportamiento obsesivo.
Si tus dos mascotas son adultas, puedes considerar la redirección como una opción para prevenir la agresión entre perros y gatos. Una técnica que se sabe que funciona en muchos casos es dirigir la atención de tu perro desde tu gato hacia algo interesante, como un juego divertido o juguetes como un Kong de peluche.
3. Alimenta a tu perro y a tu gato por separado
La agresión alimentaria es relativamente común en los perros. Esta agresión es una forma de defensa de recursos en la que el perro considera la comida como un recurso y la protegerá de otros animales.
Cuando tu perro ve a tu gato comer en la misma habitación, puede sentirse amenazado y a veces les persigue porque considera injusto que otras mascotas tengan libre acceso a sus cuencos de comida.
Alimentar a tu perro y a tu gato en una habitación separada puede ayudar a evitar que se produzca este comportamiento, sobre todo si les das de comer en lados opuestos de la habitación o de la casa para que no haya contacto directo entre los dos animales mientras comen.
4. Presenta a tu perro y a tu gato correctamente
He aquí algunos pasos para presentar un nuevo gato a tu perro:
- Mantén a tu gato en un transportín y preséntalo al perro en su propio terreno
- Deja que se huelan a través de los barrotes de sus respectivos transportines, pero no permitas ningún contacto físico
- Deja que exploren el territorio del otro durante unos minutos antes de dejarlos salir juntos
- Si siguen llevándose bien después de una hora, dale un poco de tiempo; siempre puedes separarlos si es necesario
- Ten a mano muchos juguetes para que ambas mascotas se diviertan, así tendrán mucho entretenimiento cuando se queden solas
5. Busca la ayuda de un adiestrador de perros profesional o de un especialista en comportamiento
Si esto no funciona, puede ser el momento de llamar a los profesionales. Los adiestradores de perros y los especialistas en comportamiento están formados para situaciones exactamente como éstas. Pueden ayudarte a enseñar a tu perro a convivir en armonía con tu gato mediante ejercicios de refuerzo positivo o de desensibilización.
Conclusión
Si tienes un perro que está obsesionado con tu gato, hay que tener en cuenta algunas cosas. Por ejemplo, los perros pueden reaccionar de forma diferente cuando ven a su dueño acariciar al gato que cuando ven a otra persona hacerlo.
Es importante no dar un trato preferente para que se acostumbren a uno u otro.
También recomiendo asegurarse de que cada mascota tenga su propio espacio y recursos, para que ninguna se sienta como una extraña. Con estos consejos a mano, espero que podamos ayudarte a hacer las paces entre los animales y a convivir en armonía
Preguntas relacionadas
1. ¿Por qué mi perro se comporta como un gato?
Hay varias razones por las que tu perro puede actuar como un gato. Una posibilidad es que esté copiando el comportamiento de su amigo felino. Otra razón podría ser que tu perro pertenezca a una de las razas parecidas a los gatos.
2. ¿Por qué mi perro mordisquea a mi gato?
Hay varias razones por las que tu perro puede mordisquear a tu gato. Una posibilidad es que lo esté acicalando. Los perros tienen un fuerte impulso de presa y pueden ver a los gatos como una presa, por lo que pueden estar intentando jugar o dominarlos. Mordisquear también puede ser una señal de afecto: los perros suelen mordisquear a sus seres queridos como forma de demostrar su cariño.
3. ¿Por qué mi perro lame a mi gato?
Los perros empiezan a lamer a sus amigos felinos como forma de expresar afecto, conexión y excitación. Los lametones también pueden deberse al juego o al impulso de acicalar al gato.
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